Medición de la pobreza_____________________________________________ Recuadro I.5.5

En los cálculos de pobreza se tomaron como puntos de partida las canastas elaboradas por INEGI-CEPAL en 1992. Dichas canastas, una referida al ámbito urbano y otra al rural, valoran el gasto que debe realizar una persona para satisfacer los requerimientos nutricionales. Los precios de los componentes de las dos canastas de 1992 se proyectaron para los años subsecuentes, por los subíndices específicos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). En los casos en los que no hubo plena correspondencia entre el subíndice y el rubro de la canasta se utilizó aquél que presenta mayor cercanía conceptual. Este procedimiento permite registrar las variaciones en los precios relativos pero no toma en cuenta los cambios, a lo largo del tiempo, en la composición de los bienes incluidos en ella.

La evaluación de la condición de pobreza de un hogar específico implica comparar el valor de la canasta por persona con el ingreso corriente total per cápita. El ingreso corriente total resulta de la suma de los ingresos corrientes, monetario y no monetario. El ingreso monetario de las Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) registra cuánto percibieron los miembros de los hogares en los seis meses anteriores a la entrevista. El ingreso no monetario resulta de imputar el gasto que se evita por el hecho de no pagar renta (alquiler estimado de la vivienda propia), o producir un bien en lugar de comprarlo (autoconsumo), así como las retribuciones por servicios prestados (pago en especie). Para generar esta última variable, las ENIGH dan un valor imputado a estos gastos y luego, apoyándose en el principio de la “partida doble”, postulan que el ingreso no monetario en cada hogar es igual al gasto en especie.

El ingreso monetario de la ENIGH registra cuánto percibieron los miembros de los hogares en los seis meses anteriores a la entrevista. El ingreso mensual es el promedio percibido en el periodo; para evitar sumar pesos de distinta capacidad adquisitiva, previo al cálculo del promedio se expresaron los ingresos monetarios en pesos de agosto del año correspondiente empleando en esta operación el Índice Nacional de Precios al Consumidor.

El procedimiento de deflactación de los ingresos no monetarios envuelve dos operaciones. En primer lugar, hubo que identificar el periodo de referencia de cada tipo de gasto (semanal, mensual, trimestral o semestral) para deflactarlos por índices que registren las variaciones de precios de esos períodos. Además, para captar la variación en los precios relativos, es necesario identificar el deflactor adecuado en cada caso (a diferencia de los ingresos, en cuyo caso se usó sólo el INPC). Para expresar los gastos a precios de agosto del año del levantamiento de los datos se siguió el mismo camino empleado para proyectar la canasta de alimentos, es decir, se utilizaron los subíndices por objeto de gasto del INPC, o el subíndice conceptualmente más cercano en el caso de que la correspondencia no fuese exacta.

Los promedios mensuales de los gastos no monetarios, en pesos de agosto, se sumaron a los ingresos monetarios, medidos en la misma unidad monetaria, llegándose así a cuantificar el ingreso corriente mensual total en pesos de agosto de 1992, 1994, 1996, 1998 y 2000. Al dividir este último entre el tamaño del hogar se obtiene el ingreso corriente total por persona.

Al comparar este último valor con el costo de la canasta de los alimentos se determina si el hogar está o no en condición de pobreza, según la definición de pobreza alimentaria (véase cuadro I.7.5). Naturalmente, ambas mediciones son homogéneas no sólo por ser per cápita, sino porque se refieren al mismo periodo (mes) y están expresadas en pesos con igual poder adquisitivo.

El cálculo de las líneas de pobreza de capacidades y pobreza de patrimonio, se obtiene como el cociente entre el valor de la canasta de los alimentos y el resultado de dividir el gasto en alimentos en un decil de referencia entre la suma del gasto en alimentos, educación y salud, en el primer caso, y la suma del gasto en alimentos, transporte público, vivienda, vestuario y calzado, salud y educación, para el segundo. Todas las cifras involucradas en el cálculo son mensuales y per cápita.

Fuente: Secretaría de Desarrollo Social, Comité Técnico para la Medición de la Pobreza Evolución y características de la pobreza en México en la última década del siglo XX, Serie: Documentos de Investigación 2, México, 2002.

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