Capítulo II
II.2 Agricultura y Ganadería
El propósito de este apartado es mostrar un panorama de las
condiciones estructurales y económicas del campo, presentando
una selección de variables que a la vez de describir aspectos
relevantes del sector agropecuario, algunas permitan, si bien de manera
indirecta, una aproximación a la tarea de evaluar los impactos
e intensidad de uso de los recursos naturales.
El punto de partida lo integró información de los tabulados
básicos ejidales, los cuales permitieron incorporar información
reciente sobre el uso de la tierra. Debe mencionarse que, no se utilizó
información de los censos agropecuarios porque a la fecha no
se han realizado aún los censos que hubieran correspondido
al año 2001 (el más reciente efectuado presenta datos
para 1991); los censos incluyen información relativa a la distribución
de las tierras cultivables en sus diferentes agrupaciones: unidades
de producción, tipo de propiedad, superficies parceladas y
áreas de labor.
Respecto a la actividad ganadera, se ubican las áreas de agostadero,
que constituyen superficies importantes de aprovechamiento para la
obtención de forrajes, así como las principales entidades
generadoras de productos pecuarios.
II.2.1 Estructura de la actividad agrícola
En el campo mexicano las formas de propiedad de la tierra se dividen
en ejidos, propiedad privada y las tierras pertenecientes a núcleos
de población y entidades públicas.
En el conjunto de unidades de producción ejidal y comunal,
las actividades productivas están determinadas en gran medida
por las condiciones geofísicas del suelo. Así, en las
superficies más aptas predomina la siembra de cultivos y en
los otros usos del suelo, como las áreas de pasto natural,
agostadero o enmontada, sobresale la actividad ganadera.
La superficie ejidal en el país no está repartida totalmente
entre los ejidatarios, ya que una parte está parcelada y el
resto es de uso común o se explota en forma colectiva, dependiendo
de las condiciones propicias para su explotación.
La información de este apartado proviene de los resultados
de los tabulados básicos ejidales por municipio.
II.2.2 Superficie y producción agrícola
Debido a su diversidad de ecosistemas, México produce una
amplia variedad de productos agrícolas.
Las mayores extensiones de superficie se dedican a la siembra de
los cultivos para el ciclo primavera-verano, principalmente por la
prevalencia de tierras de temporal en la mayoría de las entidades
del país. A su vez, la agricultura de riego se practica principalmente
en las zonas áridas y semiáridas con el uso de tecnología
moderna y orientada al monocultivo y la utilización intensiva
de agroquímicos.
Una característica relevante del sector es la estrecha relación
entre el tipo de especies cultivadas, el avance de la agricultura
comercial y el tipo de alimentación de la población.
La información disponible aquí contenida muestra la
superficie sembrada y cosechada por entidad federativa para cada uno
de los ciclos de cultivo.
II.2.3 Producción y destino de los principales cultivos
El país posee una gama de cultivos anuales o de ciclo corto,
entre los que destacan con las mayores superficies sembradas: maíz,
fríjol, sorgo, grano, soya, arroz, trigo y ajonjolí.
En este apartado se proporciona información sobre la producción
y el rendimiento de los principales productos, tanto cultivos de granos
y oleaginosas como cultivos perennes. La serie abarca el periodo 1990
- 2000, en donde es posible observar el comportamiento de cada uno
de los productos en los últimos años.
Los granos y oleaginosas, de mayor consumo y producción en
México, son también los principales productos agrícolas
que intervienen en las transacciones comerciales con el exterior.
Al respecto, se incluyen los volúmenes estimados de consumo
aparente de los principales productos agrícolas; tales estimaciones
se obtienen a partir de la producción y los correspondientes
movimientos de importación y exportación.
La información de este apartado proviene del Sistema Nacional
de Información Agropecuaria de Consulta (SIACON) de Sagarpa,
a partir de los reportes de cada una de las entidades federativas,
así como de diversas publicaciones del sector agropecuario
y del comercio exterior.
II.2.4 Superficie y población pecuaria
Las superficies aptas para la ganadería varían de acuerdo
con la región. Con información de la Comisión
Técnico Consultiva de Coeficientes de Agostadero (Cotecoca)
se presentan las principales regiones ecológico-ganaderas del
país, las cuales constituyen áreas donde se puede practicar
la ganadería, clasificadas según criterios de tipo ambiental
en: templadas, áridas, semiáridas, trópico húmedo
y seco.
Se incluye, por entidad federativa, tanto la superficie que específicamente
está dedicada a la actividad ganadera, como los coeficientes
de agostadero mínimo y máximo en cada caso; asimismo,
se presentan dichos coeficientes para cada uno de los siguientes tipos
de vegetación: pastizal, matorral, bosque y selva.
El coeficiente de agostadero es una variable que, aunque su perspectiva
de origen está vinculada con el manejo del ganado, también
es un indicador indirecto de la riqueza de los recursos naturales
involucrados en los terrenos de uso pecuario.
La existencia de los hatos de las principales especies pecuarias
(bovino, porcino, caprino, aves para huevo y carne), es presentada
por entidad federativa. La explotación de algunas de estas
especies representa notables presiones al ambiente, debido principalmente
a la práctica de la ganadería extensiva; por el momento
no se dispone de información acerca de las existencias y distribución
de las especies pecuarias mayores clasificadas según su manejo
trashumante o estabular.
II.2.5 Agroquímicos
Aunque el uso de agroquímicos es un factor de reconocida importancia
tanto económica como ambiental, no es mucha la información
sistematizada que existe al respecto.
En esta sección se incluye un resumen de la producción,
comercialización con el exterior y consumo aparente de los
fertilizantes nitrogenados, que son uno de los más ampliamente
utilizados en la actividad agrícola.
La sección se complementa con datos de la producción
de insecticidas, herbicidas y defoliantes, sustancias ampliamente
utilizadas en el control de plagas y malezas, pero que tienen efectos
no restringidos a sus especies objetivo, afectando por ello a la diversidad
local, tanto de especies vegetales como animales así como a
las relaciones de éstas en los ecosistemas a los que pertenecen.