Fuentes de energía en México 1998-2000____________________________
Recuadro II.6.1.1
El sector energético, dominado por las fuentes
no renovables de energía, ha jugado un papel decisivo para el
desarrollo económico de México por su clara influencia
sobre todo en el aparato productivo del país. Si bien toda la
sociedad requiere, ineludiblemente, producir y consumir la energía
para sus procesos productivos, es importante considerar que los patrones
de producción y consumo de energía tienen incidencia en
las transformaciones del medio ambiente.
Las fuentes energéticas de mayor impacto al
ambiente son el carbón mineral y los hidrocarburos los cuales
afectan principalmente a los cuerpos de agua, suelos y vida silvestre,
así como a la salud humana.
De acuerdo con información de Pemex, las reservas
totales de hidrocarburos, esto es, crudo, líquidos del gas y
gas seco, alcanzan al 2001 los 56 154 millones de barriles de petróleo
crudo equivalente (Mbpce), cifra que coloca a México entre los
primeros diez productores de hidrocarburos en el mundo. Según
cifras de la OCDE (Hacia el desarrollo sustentable 1998), la abundancia
de este recurso en el país y su demanda creciente, hacen de la
intensidad energética de México una de las tasas más
altas en el mundo.
En cuanto a la producción de energía
primaria, para el año 2000 se alcanzó la cifra total de
9,661.266 petajoules, del cual los hidrocarburos, hasta ahora la principal
fuente de energía, aportaron el 89%, la electricidad el 5.1%,
la biomasa el 3.5% y el carbón el 2.4%. Para este mismo año,
el consumo nacional de energía creció 2.1% respecto a
1999 y alcanzó la cifra de 6,368.4 petajoules, de los cuales
el 36.6% se destinó al propio sector de energía y el 63.4%
al consumo final.
La información anterior revela sin duda que
los hidrocarburos continúan siendo la principal fuente de energía
del país en la producción y consumo final. El uso de fuentes
renovables de energía tales como la minihidráulica, solar,
eólica y biomasa, entre otras, han tenido una participación
modesta en la producción total de energía eléctrica.
Se estima que la energía primaria eléctrica producida
por fuentes renovables en el año 2000 (hidroenergía, geoenergía
y eólica), totalizó 405.716 petajoules, 42% del total
de la energía primaria producida, sin embargo, dadas las características
del clima y en general de las condiciones físicas del país,
su desarrollo a largo plazo se considera como indispensable y viable.
A continuación se presenta una breve descripción de las
más importantes:
Minihidroeléctica: El potencial hidráulico
aprovechable en México es considerable aunque su aprovechamiento
es bajo y se concentra principalmente en el sur del país, donde
los recursos acuíferos son abundantes. La proporción
de este tipo de energía para fines públicos es nula.
Energía eólica: Energía
obtenida a través de turbinas eólicas que convierten
la energía cinética del viento en electricidad por medio
de un aerogenerador. Entre las principales zonas con mayor potencial
de viento (con niveles de potencia mayores o iguales a los 100 W/m2),
destacan: el Istmo de Tehuantepec, noroeste de Quintana Roo, centro-sur
de Zacatecas y límite noroeste del Valle de México.
Energía solar: Para la explotación
de esta fuente de energía se dispone de sistemas fototérmicos
y fotovoltaicos. Los Sistemas fototérmicos convierten la radiación
solar en calor y lo transfieren a un fluido de trabajo; el calor se
usa entonces para calentar edificios, agua, mover turbinas para generar
electricidad, secar granos o destruir desechos peligrosos. Los Sistemas
fotovoltaicos convierten directamente parte de la energía de
la luz solar en electricidad. Dada la ubicación geográfica
y las características climatológicas del país,
se puede aprovechar este tipo de energía en la mayor parte
del territorio.
Biomasa: La energía de la biomasa
se obtiene de la vegetación, cultivos acuáticos, residuos
forestales y agrícolas, urbanos, desechos animales, etcétera,
a través de la combustión directa o bien a través
de procesos biológicos tal como la producción de alcohol
a partir de productos celulosos. Las fuentes de biomasa se pueden
clasificar como primarias (recursos forestales) y secundarias (básicamente
los residuos como aserrín, residuos de las hojas de árboles,
los agrícolas y los urbanos). En México se comienza
a tener una mayor conciencia del potencial que ofrece el aprovechamiento
de residuos, principalmente urbanos, dados los volúmenes que
se manejan en las grandes ciudades del país.
Fuente: Petróleos Mexicanos,
Informe estadístico de labores 2001, Pemex,
México, 2002.
Secretaría de Energía, Balance nacional de energía
2000, SE, México, 2001.