Diversidad de ecosistemas ________________________________________Recuadro
III.4.1.1
Acerca de la diversidad de ecosistemas que existen
en México, se han hecho muchos intentos por clasificarlos atendiendo
a criterios muy diversos. A pesar de su variedad, la mayoría
de las propuestas tienen un rasgo en común: toman a los tipos
de vegetación como criterio de clasificación.
Las propuestas basadas fundamentalmente en el criterio
ecológico de la distribución de tipos de vegetación
y de ecosistemas coinciden en general en sus divisiones, aun cuando
utilizan criterios de diferente índole. Como ejemplo, la clasificación
propuesta por Toledo y Ordoñez (1993) define de manera muy amplia
distintos tipos de hábitats terrestres denominados zonas ecológicas
Esta zonificación ecológica se basa en
criterios que incluyen el tipo de vegetación, el clima y aspectos
biogeográficos, por lo que cada zona ecológica es la unidad
de la superficie terrestre donde se encuentran conjuntos de vegetación
con afinidades climáticas e historias o linajes biogeográficos
comunes. Con base en lo anterior, se definieron seis tipos de hábitats
terrestres continentales o zonas ecológicas: (1) tropical cálido-húmeda,
(2) tropical cálido subhúmeda, (3) templada húmeda,
(4) templada subhúmeda, (5) árida-semiárida y (6)
zona inundable o de transición mar-tierra.
La zona árida-semiárida cubre cerca del
50% de la superficie del país; le siguen en orden de importancia
por su extensión territorial: la zona tropical cálido
subhúmeda, la zona templada subhúmeda y la zona cálido
húmeda. Las zonas de menor cobertura son la templada húmeda
y la zona de transición mar-tierra que ocupan en conjunto cerca
del 2% del total (véase cuadro III.4.1.1).
Por su parte, la Conabio ha realizado varios ejercicios
para identificar áreas terrestres, marinas, costeras e hidrológicas,
que fueron designadas como Regiones Prioritarias para la Conservación
de la Biodiversidad. Para el caso de los cuerpos de agua epicontinentales
(aguas que se encuentran sobre los continentes), estableció 110
regiones hidrológicas prioritarias; en cuanto a los ecosistemas
de las zonas costeras y marinas, 70 áreas, y para áreas
terrestres 151, identificadas como prioritarias para la conservación.
Todas estas regiones representan ecosistemas de muy diversas características,
desde humedales hasta pastizales y vegetación de zonas áridas.
En conjunto reflejan la diversidad de ecosistemas presentes en México,
cuyas condiciones ambientales y diversidad de especies los hace prioritarios
para la conservación.
La identificación de las regiones terrestres
prioritarias fue producto de un taller de expertos realizado en 1996,
mientras que en 1999, en una segunda reunión de especialistas,
se validaron los límites definitivos obtenidos por la Conabio,
mediante el apoyo de un sistema de información geográfica
y cartográfica actualizada y detallada. Para la determinación
de los límites se consideró además información
aportada por la comunidad científica nacional. En 1997 la Conabio
inicio el Programa Regiones Prioritarias Marinas de México; este
programa forma parte de una serie de estrategias instrumentadas por
la Conabio para promover en el ámbito nacional, el conocimiento,
uso y conservación de la diversidad biológica de México.
Como parte de dicho programa, se realizaron en 1998 dos talleres sobre
regiones marinas e hidrológicas prioritarias. En este contexto,
el Programa de Regiones Prioritarias para la Conservación de
la Biodiversidad se orienta a la detección de áreas cuyas
características físicas y bióticas favorecen condiciones
particularmente importantes desde el punto de vista de la biodiversidad.
Dentro de este programa destacan las siguientes líneas de trabajo:
· Regiones Terrestres Prioritarias (RTP):
Son áreas continentales cuyas características física
y biológicas la hacen particularmente importante para la conservación
de la biodiversidad. Este proyecto tiene como objetivo general la determinación
de unidades estables, desde el punto de vista ambiental, en la parte
continental del territorio nacional. Se busca una alta representatividad,
es decir, características de los hábitats y ecosistemas
con tal grado de conservación e integridad en su funcionalidad
que pueden tomarse como ejemplos de áreas no perturbadas, que
representen una oportunidad real de conservación.
Los criterios y las variables que se toman en cuenta
para la caracterización de las RTP son:
Valor biológico: extensión del
área; integridad-ecológica funcional de la región;
importancia como corredor biológico entre regiones; diversidad
de ecosistemas; fenómenos naturales "extraordinarios";
presencia de endemismos, riqueza específica, centro de origen
y diversificación natural; centros de domesticación
y/o mantenimiento de especies útiles.
Amenaza o riesgo: pérdida de la superficie
original; fragmentación en la región, cambios en la
densidad de población, presión sobre especies claves,
concentración de especies en riesgo, practicas de manejo inadecuado.
Oportunidad de conservación: proporción
de áreas bajo algún tipo de manejo inadecuado, importancia
de los servicios ambientales, presencia de grupos organizados.
· Regiones Prioritarias Marinas (RPM):
Son áreas litorales y oceánicas cuyas características
físicas y biológicas las hacen particularmente importantes
para la conservación de la biodiversidad. El objetivo de esta
línea de trabajo es identificar y caracterizar las áreas
costeras y oceánicas consideradas como prioritarias para la conservación
por su alta biodiversidad, por la diversidad en el uso de sus recursos
o por la falta de conocimientos sobre su biodiversidad.
· Regiones Hidrológicas Prioritarias
(RHP): Se refiere a la parte alta, media o baja de una cuenca o
subcuenca o de un cuerpo de agua individual, significativa por sus recursos
hídricos y biológicos, los cuales son factibles de ser
conservados y en donde ocurren o pueden ocurrir impactos negativos resultado
de las actividades de uso y explotación de los mismos por parte
de los sectores público o privado. El interés principal
es la detección y caracterización de cuencas hidrológicas,
tanto de ambientes de agua dulce como salobre, que se consideren prioritarias
para la biodiversidad.
Para las RPM y RHP se consideraron las categorías
siguientes para describir su estado:
Áreas con alta biodiversidad: La identificación
y delimitación de las áreas prioritarias marinas se
realizó en función de su biodiversidad, incluyendo los
ecosistemas marinos y otros ecosistemas acuáticos costeros
y los complejos ecológicos de los que forman parte. Por lo
anterior, un área de alta biodiversidad es aquella zona que
por su alta diversidad biológica puede considerarse prioritaria
para realizar acciones de estudio e investigación, así
como para la conservación, actual o potencial, de sus recursos.
Áreas con uso por sectores: La identificación
de las áreas de uso correspondió a aquellas zonas donde
se realizan diferentes actividades de uso de los recursos, intensivas
o extensivas, principalmente pesquerías, turismo, industrial
(petrolero, minero, etc.) y urbano.
Riesgo y amenaza: Áreas que presentan
algún tipo de amenaza a la biodiversidad por modificaciones
del entorno, contaminación de especies en riesgo, especies
introducidas o exóticas y prácticas de manejo inadecuado.
Falta de información: Estas áreas
se identificaron como aquéllas donde existe poca información
sobre su biodiversidad
Regiones Prioritarias y Áreas Naturales Protegidas
La identificación de regiones prioritarias incluye
una evaluación de las regiones estudiadas, algunas de las cuales
podrían promoverse como Área Natural Protegida (ANP).
Todas ellas han sido propuestas como regiones susceptibles de ser protegidas
con programas de desarrollo sustentable, buscando con ello la compatibilidad
entre el mantenimiento de la biodiversidad y el conocimiento de diversas
opciones de desarrollo para la población local.
En una correlación espacial entre las regiones
prioritarias y las ANP, se aprecia que más del 95% de la superficie
de las ANP decretadas bajo régimen federal se encuentran consideradas
en el proyecto de Regiones Prioritarias. Con base en los resultados
de las correlaciones, se pretende obtener esquemas completos que sirvan
de puntos de partida para la conservación de la biodiversidad
del país pues es posible identificar las regiones con un grado
de prioridad mayor mediante la conjunción de las áreas
más importantes para la biodiversidad.
Las Regiones Prioritarias como herramienta de planeación
permiten impulsar la estrategia de conservación in situ, así
como la identificación de áreas cuya conservación
es una prioridad debido a sus características naturales, su posibilidad
de ser conservada y por el grado de interés que poseen para la
sociedad. Actualmente se evalúan muchas de las RTP que no constituyen
ANP para su inclusión al Sistema de Áreas Naturales Protegidas.
Fuente: Conabio, La diversidad biológica de
México: estudio de país, 1998. México, 1998.
Arriaga Cabrera, L.,V. Aguilar Sierra, y J. Alcocer Durand. Aguas
Continentales y Diversidad Biológica de México, Conabio,
México, 2000.
Arriaga, Cabrera, L., J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martínez,
L. Gómez Y E. Loa, Regiones Terrestres Prioritarias de México,
Conabio, México, 2000.
Arriaga, Cabrera, L., J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martínez,
L. Gómez Y E. Loa, Regiones Prioritarias Marinas de México,
Conabio, México, 2000.