Desarrollo humano: el capital de la libertad


Más allá de la cifra económica, el concepto de desarrollo humano reconoce que la riqueza de las naciones está en sus habitantes. En este sentido, una nación es más rica si sus habitantes son capaces de desarrollar todo su potencial, experimentando vidas productivas y aportando su creatividad a la sociedad. Para desarrollarse plenamente se considera que los ciudadanos requieren de un ingreso digno que satisfaga sus necesidades básicas de una educación apropiada, de una vida larga y saludable, y del reconocimiento y participación en sus comunidades. Además, deben contar con oportunidades para su desarrollo, libertad política y respeto a sus derechos humanos. Si estas condiciones se satisfacen, cada persona está en condición de elegir aquello que más valora y la forma de vida que considere mejor. El desarrollo humano está cercanamente ligado a la libertad.

Para cuantificar el desarrollo humano se desarrolló el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Se basa en la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo y el poder adquisitivo de una población, que son indicadores de importantes aspectos de su desarrollo humano, si bien no cubren otros aspectos de medición más difícil. Aunque el bienestar económico de un país es sumamente influyente en su desarrollo humano, éste puede incrementarse más rápidamente que el capital monetario. Costa Rica y Cuba, a pesar de contar con economías pequeñas, presentan un IDH equiparable al promedio mexicano.

En 2000 México ocupaba la posición número 54 de un total de 173 países evaluados por la ONU. Con un índice de 0.796, nos encontramos en la línea divisoria de lo que se considera desarrollo humano medio y alto(0.800). Los países más desarrollados del mundo pertenecen todos a la OCDE, entre quienes ocupamos el penúltimo lugar sólo por encima de Turquía. Dentro de América Latina nos encontramos en una posición intermedia, con los países del Cono Sur a la cabeza (Figura a).

El IDH nos propociona una estimación del desarrollo promedio de una localidad. Sin embargo, dentro de ella puede haber una variabilidad significativa. México, como otros países latinoamericanos, se distingue por la desigualdad que sufre su población. De 173 países, el nuestro es el catorceavo más inequitativo (PNUD, 2002). Esto significa que en el territorio conviven realidades muy distintas. El municipio de Coicoyán de las Flores, Oaxaca, tiene un IDH de 0.362, mientras que la delegación Benito Juárez, en el D.F. califica con un 0.930. Esto equivale a la diferencia entre Japón (uno de los países más ricos del globo) y Etiopía (uno de los más pobres).

_____Fuentes: PNUD. Human Development Report 2002. Nueva York. 2002.
____________Conapo. Índices de Desarrollo Humano. México.
2001.