Existe una fuerte correlación entre el desarrollo humano
y la huella ecológica. A mayor IDH, mayor es también
el impacto sobre el ambiente. En un análisis para cinco
regiones en vías de desarrollo se encontró que
en cuatro de los casos el desarrollo humano aumentó
a costa del deterioro ambiental. La única excepción
fue China, donde el IDH descendió mientras la base
de recursos naturales registró un aumento.
Los habitantes de las ciudades mexicanas disfrutan de un
mayor desarrollo humano que aquellos de las zonas rurales.
Consumen también una mayor cantidad de recursos que
proceden de extensas zonas, lo que permite suponer que tienen
huellas ecológicas mayores que las de sus coterráneos
de zonas rurales. Considerando que nos encontramos ante una
situación de déficit ecológico, y que
la población urbana está creciendo en forma
acelerada, es probable que las tasas de deterioro ambiental
estén acelerándose.
Bajo el actual modelo de desarrollo, el mejoramiento de las
condiciones de vida implica la intensificación de una
forma de manejo de los recursos que ya es insostenible. Esto
señala la importancia de modificar las estrategias
para incrementar el desarrollo humano y económico de
la nación sin deteriorar su ambiente.
Fuentes: Dasgupta,
P. Midiendo la insostenibilidad. Nuestro planeta
13: 21-23. 2002.
Páez, A. Desarrollo humano, huella ecológica
y exclusión: el regreso de la agricultura. Mad
(Universidad de Chile) 3: 1-200. 2000.