La vegetación de nuestro país es sumamente
heterogénea. En la cartografía de uso del suelo
y vegetación del INEGI se distinguen 11 tipos de vegetación
natural dentro de los cuales se reconocen 38 comunidades diferentes.
Los tipos más ampliamente distribuidos en el país
son los siguientes:
Bosque de coníferas. Vegetación
dominada por árboles perennifolios del grupo de las
coníferas, entre las que se cuentan pinos (Pinus)
y oyameles (Abies) como los más ampliamente
distribuidos, si bien también hay otros géneros
importantes como los pinabetes (Pseudotsuga), los
enebros (Juniperus) y los cedros (Cupressus).
Generalmente se presentan en climas templados y fríos
de las partes altas de las cordilleras. Las coníferas,
en especial los pinos, constituyen los árboles más
intensamente explotados en el país con fines industriales.
En algunos casos este tipo de vegetación se ve favorecida
por el disturbio antropogénico (p.e. desmontes o incendios).
Bosque de latifoliadas. Vegetación
dominada por árboles de hoja ancha, la mayoría
caducifolios, principalmente encinos (Quercus). Se
les encuentra sobre todo en climas templados en las montañas,
aunque en ocasiones pueden desarrollarse en sitios francamente
cálidos. Se les aprovecha especialmente para producir
carbón y criar ganado. Estas actividades en general
resultan en la degradación de la vegetación
e incluso en su desaparición. Debido a que frecuentemente
los suelos de los encinares son muy fértiles, las actividades
agrícolas con comunes en ellos.
Bosque de coníferas y de latifoliadas. En
algunas zonas coexisten los dos grupos de árboles formando
bosques mixtos. Comúnmente esto se debe a las actividades
humanas. La explotación de estos bosques es similar
a la de los bosques de pino o encino.
Bosque mesófilo de montaña. Vegetación
que se caracteriza por una densa cubierta de árboles
donde coexisten numerosos géneros, como Liquidambar,
Magnolia, Juglans, Ostrya, Clethra, Podocarpus, Turpinia,
Oreopanax y muchos más. A menudo también
hay pinos y encinos. Una de sus características más
importantes son las afinidades templada y tropical de las
especies del dosel y sotobosque respectivamente. Esta vegetación
se desarrolla en altitudes donde se forman bancos de niebla.
El bosque es exuberante, con gran cantidad de helechos y lianas,
así como de plantas que crecen sobre los árboles.
Una porción importante de la flora del bosque mesófilo
es endémica o está amenazada. Superficies importantes
de este bosque se han desmontado para establecer cultivos,
y en varias regiones se siembra café bajo la copa de
los árboles.
Selva perennifolia y subperennifolia. Vegetación
dominada por árboles de muchas especies, en climas
muy lluviosos y cálidos. La copa puede rebasar los
50 metros de altura y siempre conserva una parte importante
de su follaje. Bajo los árboles más altos hay
varios estratos de vegetación de diferentes estaturas.
Es una de las comunidades biológicas más diversas
del mundo. Grandes áreas de este tipo de selvas han
sido transformadas en pastizales para la ganadería
o están sujetas a diferentes formas de agricultura.
La explotación de algunas especies de alto valor comercial,
como la caoba (Swietenia) o el cedro rojo (Cedrela)
y de varios productos forestales no maderables, es común
dentro de estas selvas.
Selva caducifolia y subcaducifolia. Vegetación
dominada por árboles de diferentes especies de hoja
caduca, que se desarrolla en ambientes cálidos con
diferencias muy marcadas entre las temporadas de lluvias y
de secas. El dosel rara vez rebasa los 15 metros de altura.
Muchos de los árboles almacenan agua en sus tallos,
como es el caso de los copales (Bursera), pochotes
(Ceiba) y de varias cactáceas columnares.
Esta vegetación frecuentemente está sujeta a
la agricultura de roza, tumba y quema y a la ganadería
extensiva. Estas actividades la degradan fuertemente, por
lo que puede ser uno de los ecosistemas tropicales más
amenazados del mundo.
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Mezquital. Vegetación dominada por
árboles espinosos, principalmente mezquites (Prosopis).
Se le encuentra en climas más bien áridos. Estos
árboles permanecen verdes durante la sequía,
ya que emplean las aguas subterráneas mediante sus
largas raíces. Por esta razón crecen en suelos
profundos y planos, lo que ha resultado en una fuerte destrucción
de su hábitat, muy apto para la agricultura. Otros
mezquitales están sujetos a una fuerte presión
ganadera.
Matorral xerófilo. Vegetación
dominada por arbustos, típica de las zonas áridas
y semiáridas. Se trata del tipo de vegetación
más extenso en México. El número de endemismos
en estas zonas es sumamente elevado. Debido a la escasez de
agua y a que los suelos son pobres y someros, la agricultura
se practica en pequeña escala salvo donde hay posibilidades
de riego. Por el contrario, la ganadería está
sumamente extendida, y zonas muy grandes de matorral xerófilo
están sobrepastoreadas.
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Pastizal. Vegetación dominada por
herbáceas, principalmente gramíneas. Se le encuentra
en cualquier clima, pero principalmente en las regiones semiáridas
del norte y en las partes más altas de las montañas
(por arriba de los 4 000 metros). Casi todos los pastizales
de nuestro país se emplean para la producción
ganadera, casi siempre con una intensidad excesiva. Otros
pastizales fueron bosques o matorrales, y la acción
del ganado y el fuego los mantienen en esta forma alterada.
A éstos se les conoce como pastizales inducidos
De la superficie remanente de estos tipos de vegetación
en el año 2000, el matorral xerófilo era el
más abundante, y el mezquital y el bosque mesófilo
de montaña los más escasos (Figura a).

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