La sustentabilidad representa un reto para
el sector ganadero ya que representa actualmente las siguientes
caracteristicas: para alimentar a una cabeza de ganado se requiere
cierta cantidad de vegetación y, consecuentemente, de
la superficie necesaria para producirla. La superficie de terreno
requerida depende de la productividad del ecosistema. Por ejemplo,
en un bosque de enebro- encino se requiere de 26.3 hectáreas
para alimentar a una vaca, mientras que se precisan 60 hectáreas
de vegetación de dunas para el mismo propósito.
A la cantidad de terreno necesario para criar una res adulta
en forma sustentable (es decir, sin degradar la vegetación)
se le denomina coeficiente de agostadero.
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El coeficiente de agostadero se expresa
en hectáreas necesarias para alimentar a una “unidad
animal”, que equivale a una res o, aproximadamente, a
cinco cabras u ovejas. Se cuenta con estos coeficientes para
cada estado de la república, dependiendo de su vegetación
natural, sin considerar que ésta puede estar degradada
(y probablemente sea menos productiva) o bien, que haya sido
mejorada (estableciendo pastizales cultivados, por ejemplo).
Calculando la media ponderada para los coeficientes de agostadero
estatales, podemos estimar que en México se requieren
al menos 12.3 hectáreas de terreno por unidad animal
para que la ganadería sea sostenible. Esto es, el número
máximo de unidades animales en el país (cuya superficie
es de 196 millones de hectáreas) sería de 15.9
millones. Considerando que en 1999 habían 28 298 777
cabezas de ganado bovino, y 15 017 199 ovejas y cabras, y suponiendo
una equivalencia de 0.2 unidades animales por oveja y cabra,
se puede estimar que contamos con 31.3 millones unidades animales.
Esto es un 96% superior a lo que tolera el territorio nacional.
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Parte de nuestro país ha sido transformado
en pastizales cultivados, donde el coeficiente de agostadero
es de 9 hectáreas por unidad animal. Esto debiera elevar
el número de cabezas de ganado que es posible mantener
en México. Sin embargo, estas praderas artificiales apenas
podrían mantener al 9% de nuestra población vacuna,
reduciendo el exceso de ganado en las demás zonas mínimamente.
El número de unidades animales seguiría estando
un 82% arriba de lo adecuado.
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La situación es aún más
grave si tomamos en cuenta que la cifra anterior está
basada en la superficie total de la república, que no
sólo sirve a la ganadería, sino que también
debe proveer de otros bienes al hombre y sostener a la fauna
silvestre. Sin embargo, el ganado sigue expandiendo su frontera
para convertirse en la “omnipresente vaca”, como
la llamara Challenger (1998). |
Fuentes:
Cotecoca - SARH. Memorias de Coeficientes de Agostadero,
años 1972-1986. México.
Sagarpa, Servicio de Información y
Estadística Agropecuaria y Pesquera en Sistema de Información
Agropecuaria de Consulta, (Siacon), 1980-2000.
Semarnat. Inventario Forestal Nacional 2000.
México. 2001.
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