México D.F. a 11 de septiembre de 2003
Residencias, salones de fiestas y hasta albercas acaban con las chinampas de Xochimilco
Por Carina García
La zona chinampera de Xochimilco, considerada zona de prioritaria de conservación del equilibrio ecológico, se pierde inexorablemente.
Lo que empezó en 1997 como una invasión hormiga de tres casuchas de láminas de cartón, hoy son decenas de casas de ladrillo, perfectamente edificadas.

Y junto a ellas, casas de descanso, salones de fiestas con áreas verdes, canchas y chapoteadero, ocupan el espacio que alguna vez se reservó para la siembra y cultivo de plantas y flores para conservar las tradiciones centenarias de este sitio, antes abundante en chinampas, ahuejotes y agua limpia.

Pero hoy la mancha urbana se extiende ahogando las chinampas, para cuya protección la Comisión de Recursos Naturales (Corena) debió emitir desde 1992 el programa de manejo de zona sujeta a conservación ecológica, lo que no ha ocurrido.

En su lugar, son los vecinos de la colonia Barrio 18 quienes han emprendido la defensa del área ecológica; documentan con videos y fotografías cómo día a día se rellenan las chinampas y se trasladan materiales para construir más y más casas.

Dan seguimiento, además, a los largos procesos penales iniciados contra fraccionadores como la familia de Guadalupe Pantoja y Antonio Rosas, hoy prófugo. Y aunque este activismo les ha merecido amenazas, siguen en pie las querellas.

ZONA DE DESCANSO. Pero del otro lado del canal Toltenco, carteles con el logo perredista permiten a los invasores la entrada diaria, hasta en media docena de ocasiones, de camiones con materiales de construcción para hacer de algunas viviendas, supuestamente de personas sin recursos, casas de descanso.

Así, hoy predominan casas de concreto, sin drenaje, pero que descargan aguas negras a las chinampas; a las que la Compañía de Luz les surte energía, cuentan con telefóno y la delegación —acusan los vecinos— les facilita servicios, al hacer caso omiso de las denuncias sobre conexiones clandestinas de agua.

“Fuerza Xochimilca”, se lee en un cartel colocado a manera de escudo y ribeteado por el logo del PRD.

También dentro de la aún colonia Amalacachico pero conocida ahora como “Barrio 19” casas de lámina de cartón —que sí, también existen— conviven con casas estilo colonial, rústico, con cimientos y concreto, de dos pisos, o bien, “casitas” de descanso, hechas de madera y troncos.

Hay cuando menos tres salones de fiestas asentados en zonas prohibidas, uno de ellos “El Edén” otro, un “centro ecológico” y un salón más, construido totalmente de madera y que arrasó con media docena de árboles maduros, cuyos troncos yacen a la vista de todos, lo a que ninguna autoridad parece preocupar.

La edificación de ese centro fue clausurada hace unos meses, y aun se observan los sellos, pero el salón opera normalmente con servicios para bodas y fiestas infantiles.

Y nadie hasta ahora ha sido sancionado por lo que marca el nuevo código penal: multa o prisión a quien deteriore las áreas naturales protegidas, contamine o invada zonas ecológicas

Es más. ahí, entre esas construcciones, aún hay anuncios que aún comercian con la “zona prioritaria” de conservación ecológica.

Pero nadie hace caso, porque no hay sanción pues, pese a todo, se asume que quien compra lo hace “de buena fe”.

Nueve mil 900 pesos, en unos casos, y en otros 90 mil pesos por 200 metros cuadrados, es un precio tentador por un terreno o una obra negra, sin papeles ni uso de suelo habitacional, pero con servicios, área verde e impunidad.

Junto, en otros carteles colocados por el gobierno capitalino, se lee, como si se tratase de una broma: “Suelo de Conservación Ecológica….evítese problemas, no invada, no compre, no construya”.

EL PROCESO. Ante la inutilidad de la quejas ante las autoridades, los residentes del Barrio 18 presentaron en marzo una denuncia por delitos ambientales ante la Procuraduría General de la República.

En mayo la PGR determinó que no era competente, por lo que la averiguación previa está a cargo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) a denuncia de los residentes, quienes siguen el curso a otra querella más, ésta ante la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Distrito Federal (PAOT) y cuya resolución se espera en breve.

Respaldan a las denuncias fotografías, videos y documentos que comprobarían que personal y funcionarios de la delegación auspiciaron el relleno de chinampas y las invasiones, por lo que los residentes reclaman se finquen las responsabilidades correspondientes por negligencia y omisión.

En cambio, hasta el momento no se conoce que la delegación Xochimilco, la Comisión de Recursos Naturales (Corena), instancia responsable de la protección de áreas verdes a nivel capitalino, o la Dirección de Regularización de la Tenencia de la Tierra hayan presentado denuncia alguna con el fin de recuperar el área de conservación ecológica.