La zona chinampera de
Xochimilco, considerada zona de prioritaria de conservación del
equilibrio ecológico, se pierde inexorablemente.
Lo que empezó en 1997 como una invasión hormiga de tres
casuchas de láminas de cartón, hoy son decenas de casas
de ladrillo, perfectamente edificadas.
Y junto a ellas, casas de descanso, salones de fiestas con áreas
verdes, canchas y chapoteadero, ocupan el espacio que alguna vez se
reservó para la siembra y cultivo de plantas y flores para conservar
las tradiciones centenarias de este sitio, antes abundante en chinampas,
ahuejotes y agua limpia.
Pero hoy la mancha urbana se extiende ahogando las chinampas, para
cuya protección la Comisión de Recursos Naturales (Corena)
debió emitir desde 1992 el programa de manejo de zona sujeta
a conservación ecológica, lo que no ha ocurrido.
En su lugar, son los vecinos de la colonia Barrio 18 quienes han emprendido
la defensa del área ecológica; documentan con videos y
fotografías cómo día a día se rellenan las
chinampas y se trasladan materiales para construir más y más
casas.
Dan seguimiento, además, a los largos procesos penales iniciados
contra fraccionadores como la familia de Guadalupe Pantoja y Antonio
Rosas, hoy prófugo. Y aunque este activismo les ha merecido amenazas,
siguen en pie las querellas.
ZONA DE DESCANSO. Pero del otro lado del canal Toltenco, carteles con
el logo perredista permiten a los invasores la entrada diaria, hasta
en media docena de ocasiones, de camiones con materiales de construcción
para hacer de algunas viviendas, supuestamente de personas sin recursos,
casas de descanso.
Así, hoy predominan casas de concreto, sin drenaje, pero que
descargan aguas negras a las chinampas; a las que la Compañía
de Luz les surte energía, cuentan con telefóno y la delegación
—acusan los vecinos— les facilita servicios, al hacer caso
omiso de las denuncias sobre conexiones clandestinas de agua.
“Fuerza Xochimilca”, se lee en un cartel colocado a manera
de escudo y ribeteado por el logo del PRD.
También dentro de la aún colonia Amalacachico pero conocida
ahora como “Barrio 19” casas de lámina de cartón
—que sí, también existen— conviven con casas
estilo colonial, rústico, con cimientos y concreto, de dos pisos,
o bien, “casitas” de descanso, hechas de madera y troncos.
Hay cuando menos tres salones de fiestas asentados en zonas prohibidas,
uno de ellos “El Edén” otro, un “centro ecológico”
y un salón más, construido totalmente de madera y que
arrasó con media docena de árboles maduros, cuyos troncos
yacen a la vista de todos, lo a que ninguna autoridad parece preocupar.
La edificación de ese centro fue clausurada hace unos meses,
y aun se observan los sellos, pero el salón opera normalmente
con servicios para bodas y fiestas infantiles.
Y nadie hasta ahora ha sido sancionado por lo que marca el nuevo código
penal: multa o prisión a quien deteriore las áreas naturales
protegidas, contamine o invada zonas ecológicas
Es más. ahí, entre esas construcciones, aún hay
anuncios que aún comercian con la “zona prioritaria”
de conservación ecológica.
Pero nadie hace caso, porque no hay sanción pues, pese a todo,
se asume que quien compra lo hace “de buena fe”.
Nueve mil 900 pesos, en unos casos, y en otros 90 mil pesos por 200
metros cuadrados, es un precio tentador por un terreno o una obra negra,
sin papeles ni uso de suelo habitacional, pero con servicios, área
verde e impunidad.
Junto, en otros carteles colocados por el gobierno capitalino, se lee,
como si se tratase de una broma: “Suelo de Conservación
Ecológica….evítese problemas, no invada, no compre,
no construya”.
EL PROCESO. Ante la inutilidad de la quejas ante las autoridades, los
residentes del Barrio 18 presentaron en marzo una denuncia por delitos
ambientales ante la Procuraduría General de la República.
En mayo la PGR determinó que no era competente, por lo que la
averiguación previa está a cargo de la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) a denuncia de los residentes,
quienes siguen el curso a otra querella más, ésta ante
la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del
Distrito Federal (PAOT) y cuya resolución se espera en breve.
Respaldan a las denuncias fotografías, videos y documentos que
comprobarían que personal y funcionarios de la delegación
auspiciaron el relleno de chinampas y las invasiones, por lo que los
residentes reclaman se finquen las responsabilidades correspondientes
por negligencia y omisión.
En cambio, hasta el momento no se conoce que la delegación Xochimilco,
la Comisión de Recursos Naturales (Corena), instancia responsable
de la protección de áreas verdes a nivel capitalino, o
la Dirección de Regularización de la Tenencia de la Tierra
hayan presentado denuncia alguna con el fin de recuperar el área
de conservación ecológica.
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