La riqueza de los pueblos indígenas ___________________________________ Recuadro I.7.1

La nación mexicana, al iniciar el siglo XXI, presenta un panorama social rico y diverso, al que los pueblos indígenas contribuyen con su patrimonio. Estos pueblos están integrados por mas de 12 millones de personas, más de la décima parte de la población mexicana. A pesar de su aportación en recursos humanos, naturales, territoriales y culturales, son los más pobres de los mexicanos.

México ocupa el octavo lugar en el mundo entre los países con mayor cantidad de pueblos indígenas, se hablan más de 100 lenguas, de las cuales los pueblos indígenas aportan cuando menos 60; y con ellas un número igual de diferentes maneras de pensar en alternativas de solución a los problemas. El país tiene una superficie de casi dos millones de kilómetros cuadrados. Los mexicanos indígenas viven en regiones cuya superficie abarca la quinta parte del territorio nacional. La tercera parte del total de los municipios del país son indígenas. Los indígenas viven en cerca de 40 mil localidades, la mitad de ellas con alta concentración de población indígena. Cerca del 46% de estas localidades registra menos de 1 000 habitantes.

Los pueblos indígenas aportan 70% de su población ocupada a las actividades agrícolas, mientras que el resto de la nación sólo colabora con menos del 17% de su correspondiente población ocupada. La producción en zonas indígenas posee un carácter diversificado, lo que constituye una importante estrategia económica para la obtención de los recursos que las comunidades indígenas requieren para su subsistencia, así como para la conservación de su hábitat. Los indígenas participan en la producción de algunos cultivos agrocomerciales, especialmente del café, en el que las dos terceras partes de los productores son indígenas y en donde la incorporación del trabajo femenino se ha incrementado de manera notable. El trabajo artesanal es una producción especializada y en muchos casos se realiza con un manejo adecuado de los recursos naturales. La artesanía como producción rural, con un alto nivel de participación femenina, genera objetos utilitarios, rituales y suntuarios que forman parte del patrimonio cultural.

En México la explotación de los recursos petroleros es una de las actividades económicas de mayor rentabilidad. El 70% se extrae de yacimientos ubicados en el trópico mexicano. Los más importantes corresponden a Campeche, Tabasco y Chiapas, en municipios con una fuerte presencia indígena. La riqueza generada ha beneficiado sin duda a la nación mexicana, pero las comunidades indígenas, en su mayoría, han visto afectadas sus tierras de cultivo y recursos naturales.

La explotación de los yacimientos minerales en zonas indígenas es importante, por ejemplo: en Chihuahua, los municipios indígenas Guazapares y Urique aportan la décima parte de la producción estatal de oro. El municipio indígena Huajicori, en Nayarit, aporta el 98% de la producción estatal de plomo, el 97% de cobre y el 68% de oro.

Las principales presas hidroeléctricas del país: Belisario Domínguez o La Angostura, Nezahualcoyotl o Malpaso, Manuel Moreno Torres o Chicoasén, Aguamilpa, Presidente Miguel Alemán o Temascal y Presidente Miguel de la Madrid o Cerro de Oro se construyeron en regiones indígenas.

La riqueza biológica de las zonas indígenas ha hecho que México ocupe el tercer lugar en importancia en el panorama ambiental mundial por su gran diversidad biológica. El país tiene el segundo lugar en el mundo en variedad de reptiles, el cuarto en anfibios el quinto en mamíferos y plantas vasculares, el décimo en mariposas y el décimo primero en aves. De acuerdo con el inventario de aves elaborado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), en las regiones indígenas se han detectado 103 especies endémicas, en su mayoría en el trópico húmedo y seco.

Con relación a la riqueza vegetal, los ejidos y comunidades agrarias en municipios indígenas tienen en propiedad 60% de la superficie arbolada, principalmente de bosques templados y selvas húmedas y subhúmedas.

Las principales áreas naturales protegidas se encuentran en municipios indígenas. Entre otras, destacan las reservas de la biosfera siguientes: Pantanos de Centla, Tabasco; Montes Azules (Selva Lacandona), Chiapas; Sian Ka'an, Quintana Roo, Sierra del Pinacate y el Gran Desierto de Altar, Sonora (To'ono Ot'tham); Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, así como la Isla Tiburón, Sonora (de los Seris), área natural sujeta a recategorización. Muchas de las áreas protegidas son sagradas y ceremoniales, con fuerte presencia de zonas arqueológicas que los pueblos indígenas reclaman como suyas.

Entre su patrimonio se encuentra también la medicina indígena tradicional. Diferentes especialistas dedicados a mantener y a restaurar la salud de los individuos realizan prácticas que conservan y reproducen el conocimiento ancestral de los indígenas. Entre estos especialistas destacan las parteras, quienes han logrado ser el primer grupo reconocido oficialmente dentro de la práctica terapéutica como profesionales indígenas.

La aportación de los pueblos indígenas a la nación es múltiple y tiene varias dimensiones; es fundamento de la diversidad cultural, política y social de los mexicanos. Sus regiones son estratégicas y de referencia obligada para el desarrollo económico nacional.

Fuente: Instituto Nacional Indigenista, Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006, México, 2001.
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Programa de conservación de la vida silvestre y Diversificación productiva en el sector rural 1997-2000, Semarnap, México, 1997.Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, Estrategia nacional sobre biodiversidad de México, Conabio, México, 2000.

 

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