Las plantas de la familia botánica de las palmeras (Arecaceae), tienen un porte de tipo arbóreo con un tronco sin ramificar (monocaules), con una corona terminal formada por anchas láminas foliares llamadas hojas o palmas, las cuales emergen una a la vez de la estructura de crecimiento conocida como meristemo o yema apical. La lignina (polímero fenólico reticulado) depositada en las paredes celulares de los tejidos del tallo o estípite (tronco) proporciona resistencia a la planta. Las monocotiledóneas (palmeras) a diferencia de la dicotiledóneas (árboles), no tienen tejido vascular en el tallo; por lo que no hay crecimiento secundario como en los árboles, donde primero se alargan hacia arriba y después se ensanchan siendo observables los anillos de crecimiento.