Vegetación y uso actual del suelo
El territorio nacional no se explota con
la misma intensidad ni con los mismos propósitos en
toda su superficie. Algunas porciones son modificadas profundamente
al ser utilizadas con fines agropecuarios o como asentamientos
humanos; otras han permanecido relativamente inalteradas por
las actividades de la sociedad. Las diferentes formas en que
se emplea un terreno y su cubierta vegetal se conocen como
usos del suelo.
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En los sitios menos modificados,
el uso del suelo está determinado precisamente por
la vegetación natural del mismo: bosques, selvas y
matorrales, que constituyen la categoría “primaria”.
En las regiones donde una porción de la comunidad biológica
ha sido explotada parcialmente o bien se está recuperando
después de su remoción, la vegetación
es calificada como “perturbada” o “secundaria”
respectivamente. Se conoce como “cobertura antrópica”
a aquellos lugares donde la vegetación ya es totalmente
diferente de la original al ser modificada por el hombre;
dentro de esta categoría se incluyen diferentes tipos
de cubierta: agrícola, ganadera o urbana.
La más reciente estimación
de la superficie ocupada por diferentes formas de uso del
suelo en México proviene del Inventario Forestal Nacional
del 2000 (IFN 2000). Esta fuente señala que cerca de
la mitad del país ha sido afectada severamente por
las actividades humanas. El 29% corresponde a cobertura antrópica,
es decir, cultivos, pastizales inducidos o cultivados, cuya
finalidad es la ganadería, así como asentamientos
humanos. Otro 18% se refiere a vegetación secundaria
(Figura 2.1, Cuadro III.3.2.1).
No debe concluirse de estas cifras que el 53% restante ha
permanecido inalterado por el hombre. Por ejemplo, dentro
de ese porcentaje se incluyen pastizales naturales y matorrales
xerófilos que son utilizados intensamente para la producción
ganadera. |
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A grandes rasgos, la
vegetación natural de México puede dividirse
en cuatro categorías. Los bosques y selvas están
dominados por árboles, si bien los primeros generalmente
se restringen a las zonas templadas y las segundas a
las de clima tropical; otra diferencia es que en las
selvas el número de especies diferentes de árboles
es mucho mayor que en los bosques. Los matorrales se
caracterizan porque su cubierta vegetal se compone principalmente
de arbustos y son típicos de las zonas áridas
y semiáridas. Por último, los pastizales
se distinguen por el predominio de plantas de porte
herbáceo, generalmente pastos (véase La
vegetación de México). |
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Dentro de la superficie que
conserva parte de su cobertura vegetal natural, los matorrales
constituyen la forma dominante (29% del total del país).
El 15% de los matorrales mexicanos son secundarios, aunque
esta cifra probablemente sea mucho mayor (véase “Degradación
de matorrales”). La cobertura arbolada primaria y secundaria
del país asciende a un 33%, que corresponde casi por
igual a bosques y selvas. En ambos casos, cerca de un 40%
de la vegetación restante se encuentra alterada en
gran medida (Figura 2.1).
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Algunos de los estados que
conservan vegetación natural en la mayor parte de su
superficie son Coahuila, Quintana Roo y la península
de Baja California. Por el contrario, en Veracruz, Tabasco,
Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala, Morelos y Distrito
Federal, la cobertura antrópica (cultivos, pastizales
ganaderos y asentamientos) rebasa 60% del territorio. Los
estados que dedican una mayor proporción de su superficie
antrópica a la agricultura se encuentran en el centro
del país, en particular aquellos cercanos al Distrito
Federal. En cambio, los estados del norte, del Golfo de México
y Chiapas destinan proporcionalmente una mayor cantidad de
su cubierta antrópica a la ganadería (Mapa
2.1). |
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