4. AGUA
   


Servicios y cobertura

La cobertura mundial estimada de agua apta para el consumo humano es de alrededor de 82% (PNUMA, 2002), con grandes contrastes. Por ejemplo, países como Estados Unidos, Francia y Canadá tienen coberturas prácticamente del 100%, mientras que el promedio de África apenas llega al 62%. En el año 2000 en México se tenía identificada una cobertura de agua potable de 87.8%, ligeramente superior a la estimada para toda América Latina y el Caribe del 85% (PNUMA, 2002). En el periodo de 1990 a 2000 casi 19 millones de personas más tuvieron acceso a agua potable, lo que equivale en términos reales a siete millones más que el incremento total de la población en ese mismo periodo. La cobertura en zonas urbanas pasó de 88.4 a 94.6%, mientras que en zonas rurales la cobertura siguió siendo considerablemente menor al pasar de 51% en 1990 a 68% en 2000.

Al interior del país, durante el mismo periodo todos los estados incrementaron en términos reales la cobertura de este servicio (Cuadro_III.2.3.1), aunque existen diferencias importantes en la cobertura y los esfuerzos que ha realizado cada uno. Mientras que entidades como el Distrito Federal, Aguascalientes, Colima y Coahuila tienen coberturas superiores al 97%, Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz y Guerrero no llegan al 75% (Mapa_4.6). También son notorias las diferencias que se manifiestan en los esfuerzos por incrementar la cobertura, por ejemplo Yucatán la incrementó en cerca de 25% para alcanzar un valor de más del 90% en 2000. En contraste, estados como Veracruz enfrentan un problema grande, ya que las tasas de crecimiento del servicio, aunque altas, resultan insuficientes para lograr niveles de cobertura aceptables a corto plazo (véase Medidas del desempeño ambiental).

En México, al igual que en el resto del mundo, se realizan más esfuerzos para suministrar agua de calidad aceptable al consumo humano que para servicios de alcantarillado y drenaje. En 2000 la cobertura de alcantarillado en México fue de 76%, valor ligeramente inferior a lo estimado para América Latina y el Caribe, que es del 78% (PNUMA, 2002). Al igual que en la cobertura de agua potable, también en alcantarillado y drenaje existen diferencias muy marcadas entre las zonas urbanas y rurales. En las primeras se alcanzó una cobertura del 90% en 2000, mientras que en las segundas apenas se cubrió el 37%.

Aunque todos los estados tuvieron un incremento de la cobertura en el periodo de 1990 a 2000, existen diferencias notables. En el Distrito Federal, Aguascalientes, Jalisco y Nuevo León se tienen coberturas mayores al 90%, mientras que en los estados de Oaxaca y Guerrero no llegan al 50% (Mapa_4.7). Las entidades que tuvieron los mayores incrementos en su cobertura fueron Chiapas, Hidalgo, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas con aumentos superiores al 20% en los últimos diez años (Cuadro_III.2.3.4). Los estados que tienen mayores diferencias entre la cobertura de agua potable y alcantarillado son Yucatán (39.1%), Oaxaca (29.1%) y Campeche (23.9%). El Distrito Federal, Aguascalientes, Colima, Jalisco y Nuevo León tienen diferencias pequeñas que son inferiores al 5%.

El suministro de agua de buena calidad en los sistemas de abastecimiento es importante para la salud e higiene de la población, razón por la cual es necesaria la construcción de instalaciones específicas para potabilizar el agua de acuerdo con la normatividad. A nivel nacional en el año 2000 se suministraron 312 007 litros por segundo para consumo humano, de los cuales el 94% fue por lo menos desinfectado y el 27% fue potabilizado, en su gran mayoría por el proceso de clarificación completa (Cuadros III.2.3.7 y III.2.3.10).

Estas cifras significan que se suministran alrededor de 268 litros por día por habitante en promedio a nivel nacional, lo cual está por arriba de lo mínimo recomendable según la ONU: 50 litros diarios por habitante para cubrir las necesidades mínimas básicas (alimento y aseo) y 100 litros para satisfacer las necesidades generales (FNUAP, 2001). Considerando todo el estado en su conjunto, Baja California Sur, Colima, Chihuahua, Durango, Morelos, Sonora y Yucatán tienen suministros superiores a los 400 litros diarios por habitante, mientras que Chiapas y Puebla no llegan a los 150 litros. Cabe resaltar el caso de Oaxaca, ya que el suministro apenas alcanzó los 87 litros diarios por habitante y de éstos sólo el 55% fueron desinfectados. El agua potable (esto es, el líquido que atravesó un proceso de potabilización completo y no sólo de desinfección) suministrada fue de solo 68 litros diarios por persona, en promedio a nivel nacional. Tamaulipas tiene el mayor volumen por habitante con poco más de 300 litros diarios de agua que se potabiliza por persona, mientras que estados como Baja California Sur, Colima, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas no tienen plantas potabilizadoras (Cuadro III.2.3.7).

El tratamiento de aguas residuales tanto municipales como industriales en términos generales es bajo. En el año 2000 se contaba con 1 018 sistemas municipales para el tratamiento de aguas con una capacidad instalada de 75.9 m3/seg, de los cuales sólo 793 estaban en operación (77.8%) con un gasto tratado de 45.9 m3/seg (60.5%). Los estados de Nuevo León, México, Baja California, Chihuahua, Distrito Federal y Sonora, en conjunto, tratan cerca del 50% del agua residual municipal nacional colectada en las alcantarillas (Cuadros III.2.3.14 y III.2.3.15).

En ese mismo año se estimó que los centros urbanos generaron 250 m3/seg de aguas residuales, de los cuales el 80% (200 m3/seg) se colectó en el alcantarillado y de éstos el 23% (45.9 m3/seg) recibió algún tipo de tratamiento. Al conjuntar la eficiencia de captación y procesamiento del agua se tiene que a nivel nacional sólo el 18.3% del agua residual municipal es tratada antes de ser vertida a los cuerpos de agua. La proporción de agua tratada en México, aunque baja, está por encima del promedio de América Latina, que apenas llega al 13%. La mayor parte del agua tratada en México recibe tratamiento secundario mediante lodos activados y lagunas de estabilización, procesos que tienen una eficiencia para la remoción de DBO de entre un 80 y 90% (Cuadros_III.2.3.16, III.2.3.17, III.2.3.18 y III.2.3.20, véase Tratamiento de aguas residuales).

A nivel nacional en el año 2000 se trataron en promedio 39.8 litros diarios de agua residual por habitante, con grandes diferencias entre los estados, ya que Aguascalientes, Baja California Norte, Baja California Sur, Chihuahua, Durango y Nuevo León procesaron volúmenes por encima de 100 litros diarios por persona, mientras que Campeche, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Veracruz no llegaron a los 10 litros diarios por habitante.

Un indicador aproximado* del esfuerzo que hacen los estados para tratar el agua es la relación entre el agua suministrada a la población y el agua tratada. Las entidades que procesan en mayor proporción el agua que suministran a su población son Nuevo León, Aguascalientes y Baja California, con una relación entre el agua tratada y la suministrada mayor al 40%; en contraste, Puebla, Veracruz, Yucatán, Zacatecas, Campeche, Chiapas e Hidalgo no alcanzan el 5%.

Las industrias en todo el país emplean alrededor de 6 km3/año de agua y descargan 5.36 km3 (170 m3/seg) de aguas residuales que se traducen en más de 6 millones de toneladas de DBO al año. De esta cantidad, sólo el 13% es removido en los sistemas de tratamiento, ya que casi un 45% del volumen de líquido procesado en las plantas de tratamiento de aguas industriales es manejado mediante un método primario que remueve principalmente partículas grandes no disueltas, con eficiencias de remoción de DBO inferiores al 40%. Las industrias que contribuyen con más carga de contaminantes son la azucarera, química y petrolera (Figura 4.13).


En el año 2000 el país contaba con 1 479 plantas de tratamiento de agua residual industrial que procesaban apenas 25.3 m3/seg (14.9%) del agua generada. Además del bajo volumen de agua tratada, sólo el 35% (8.8 m3/seg) cumple con las condiciones particulares de descarga descritas en la NOM-001-ECOL. Veracruz es el estado que más descargas produce y también el que más agua residual procesa (cerca del 40% del total nacional), seguido por Nuevo León, Michoacán y Tamaulipas (Cuadros III.2.3.24, III.2.3.25 y III.2.3.27).

* Es aproximado debido a que en los sistemas de alcantarillado, además del agua que se suministra, también recibe agua proveniente de la lluvias.

Referencias

León, L. F. Índice de calidad del agua, ICA. Inf. # SH-9101/01. Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. México.1991.
OCDE. Análisis del desempeño ambiental: México. OCDE. Francia.1998.
PNUMA. Perspectivas del medio ambiente mundial GEO-3. Grupo Mundi-Prensa, España.2002.
Cenapred. Diagnóstico de peligros e identificación de riesgo de desastres en México. Cenapred. México.2001.
CNA. Programa Nacional Hidráulico 2001-2006. CNA. México. 2001.
CNA. Compendio básico del agua en México. CNA, México. 2002.
Conabio. La diversidad biológica de México: estudio de país. Conabio. México. 1998.
FNUAP. El estado de la población mundial 2000. Huellas e hitos: población y cambio del medio ambiente. 2001.
OECD. OECD in figures: statistics on the member countries. Supplement 1. France. 2002.
WRI. Pilot analysis of global ecosystem (PAGE): freshwater systems. WRI, Washington, D.C. 2000.

 
   
   
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